Glaciar Sajama de Bolivia
"Como el grosor máximo de esos pequeños glaciares de baja
altura rara vez excede los 40 metros, con semejante pérdida anual es probable
que desaparezcan completamente en las próximas décadas", afirmó el autor
principal del estudio, Antoine Rabatel, del Laboratorio de Glaciología y Geofísica
Ambiental de Grenoble, Francia.
Escasez de agua
Según los investigadores, el promedio de lluvias en la región ha
cambiado poco durante las últimas décadas, por lo que las precipitaciones
fluviales no pueden ser consideradas una causa de la reducción de los
glaciares.
Tendencia global
A nivel mundial la mayoría de los glaciares han ido perdiendo
terreno desde inicios del siglo XX, con muy pocas excepciones.
Pero los glaciares del Himalaya no han podido ser estudiados a
fondo y también hay alguna evidencia que sugiere que algunos glaciares
asiáticos podrían haber aumentado levemente su masa.
A inicios del año pasado científicos de la Universidad de Grenoble
encontraron que algunos glaciares de la cordillera de Karakorum, al oeste del
Himalaya, aumentaron entre 0,11 y 0,22 metros por año entre 1999 y 2008.
Pero la razón del comportamiento inusual de la cordillera Karakorum
aún es incierta, ya que a nivel global los glaciares continúan perdiendo masa.
Y si no se producen cambios en el régimen de lluvias, la región
podría enfrentar serios problemas de disponibilidad de agua en un futuro no muy
lejano.
"Los tres países tropicales que dependemos de agua glaciar
somos Ecuador, Perú y Bolivia", explicó Suárez.
Y, de hecho, el valle del río Santa, en el norte del Perú, aparece
como una de las regiones más vulnerables al derretimiento de los glaciares,
pues sus cientos de miles de habitantes dependen de sus aguas para la
agricultura, el consumo doméstico y la generación de energía.
"También está la ciudad de Huancayo, que depende netamente del
nevado de Huaytapallana", dijo el investigador peruano, quien le recordó a
BBC Mundo que más del 70% de los glaciares tropicales están en ese país.
Y otras grandes ciudades, como La Paz, en Bolivia, también podrían
enfrentar serios problemas de escasez.
"Los glaciares proveen aproximadamente el 15% del agua de La
Paz durante todo el año y eso aumenta hasta un 27% durante la temporada
seca", explicó Alvaro Soruco, del Instituto de Investigaciones Geológicas
y del Medio Ambiente de Bolivia, quien también participó en la investigación.
Alarma
Otros países, como Colombia y Venezuela, no dependen en la misma
medida del agua glaciar.
Pero eso no significa que el derretimiento de sus glaciares no sea
motivo de preocupación.
Muchos culpan al calentamiento global por la pérdida de glaciares.
"El área que ocupan los glaciares colombianos es de apenas 45
km cuadrados y estamos perdiendo alrededor de un 3% de área por año", le
dijo a BBC Mundo Jorge Luis Ceballos, del Instituto de Hidrología, Meteorología
y Estudios Ambientales.
"Esto quiere decir que si persisten estas condiciones
climáticas, en el transcurso de las próximas tres o cuatro décadas Colombia no
tendría glaciares", afirmó.
Además, Ceballos -quien también es uno de los coautores del
estudio- coincide con el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático
(IPCC, por sus siglas en inglés) en que los glaciares de montaña son un
indicador fundamental de lo que ocurre con el clima del planeta.
"Nosotros entendemos a nuestros nevados como una alarma. Una
alarma que se prendió hace dos o tres décadas", explicó.
El problema, sin embargo, es que no es mucho lo que pueden hacer
individualmente los países andinos para combatir el derretimiento de sus
glaciares.
Según Wilson Suárez, alternativas como la generación de nieve
artificial o el uso de pintura blanca en sus laderas para protegerlos de la
radiación han sido descartadas por inviables.
"Las medidas que podamos tomar como país para combatir el
cambio climático no serían suficientes, tiene que ser parte de un esfuerzo
global", le dijo a BBC Mundo.
"Lo único que podemos hacer en estos momentos es hacer los
estudios, proyectar escenarios y en función a eso comenzar a adaptarnos",
concluyó.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario