Mi experiencia con
el banco
del Vaticano
A pesar de la sonrisa de la imagen, el papa Francisco está enojado
por los escándalos del Banco Vaticano.
David Willey
BBC, Roma
Hace 2 h 22 min
A pesar de la sonrisa de la imagen, el papa Francisco está enojado
por los escándalos del Banco Vaticano.
Cuando me mudé a Roma a principios de los años 70, era bien sabido
entre los corresponsales extranjeros que podías conseguir un cambio mucho mejor
de dólares a liras italianas visitando tu propio banco en el Vaticano, ubicado
dentro de la torre medieval, al lado del Palacio Apostólico en la Ciudad
Vaticana.
Así que mostrando mi pase de prensa subí las escaleras de este
extraño lugar sagrado dentro de lo sagrado, donde los únicos clientes esperando
en fila sobre el suelo de mármol eran curas y monjas.
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Escribí un cheque, que el empleado bancario me cambió por efectivo
después de comprobar mi identidad.
Me entregó un 10% más de liras de lo que habría obtenido de haber
hecho la transacción en cualquiera de los bancos comerciales, ya en territorio
italiano. Acababa de descubrir mi propio paraíso fiscal.
Apreciación divina
Así es como empezó mi curso introductorio al sistema bancario del
Vaticano. Unos meses después, alguien filtró lo que estaba pasando y ya no pude
acceder al santuario financiero de la Santa Sede.
Luego tuve la oportunidad de conocer al reverendo Paul Marcinkus,
un cura importante originario de Chicago, a quien el papa Pablo VI nombró en
1971 presidente del Banco Vaticano, el "Instituto para los trabajos de la
Religión" o IOR por sus siglas en italiano.
Pablo VI quería demostrar su aprecio por los esfuerzos del
arzobispo como jefe organizador de la primera visita de un pontífice a Tierra
Santa en 1964, donde el papa contó con la presencia constante de guardaespaldas
y un traductor.
Descubrí con sorpresa que el arzobismo no tenía experiencia previa
en banca internacional. De hecho, tras su nombramiento fue enviado a la
Universidad de Harvard, en Estados Unidos, para atender un curso de seis
semanas que le enseñaría los conceptos básicos sobre las altas finanzas
internacionales.
Negocios sombríos
Roberto Calvi apareció ahorcado bajo el puente de Blackfriars, en
Londres.
Durante la década de los años 80, el arzobismo se involucró en
algunos negocios sombríos; primero con un banquero vinculado cona la mafia
siciliana llamado Michele Sindona, y luego con el financiero italiano Roberto
Calvi, presidente del Banco Ambrosiano, que finalmente cayó en desgracia
acumulando grandes deudas tras sufrir pérdidas de por lo menos US$250 millones
del IOR, uno de los accionistas de la entidad.
Calvi terminó muerto, colgado de una cuerda bajo el puente de
Blackfriars en Londres, víctima de un suicidio simulado.
Fiscales italianos trataron de interrogar al arzobispo, no en
relación a lo que resultó ser un asesinato de la mafia, sino sobre las pérdidas
del Banco Vaticana al tratar de crear empresas ficticias en Bahamas.
Pero el rudo arzobispo tuvo éxito al reclamar inmunidad
diplomática, refugiándose dentro del Vaticano.
Tenía una actitud sardónica en su trabajo. "Cuando mis
trabajadores se retiran esperan una pensión", le dijo una vez a un amigo
mío. "No hace falta que diga: ¡Te pagaré en 400 Ave Marías!".
Compromisos rotos
El banquero alemán Ernst von Freyberg dirige actualmente el Banco
Vaticano.
Hoy el Banco Vaticano está nuevamente en el centro de un escándalo.
Lo acusan de lavado de dinero y de permitir a no religiosos, e incluso a amigos
y empresarios, tener cuentas en lo que equivaldría a un paraíso fiscal en alta
mar.
El papa Benedicto XVI trató en 2010 de situar al IOR en la buena
senda, al crear una autoridad de información financiera para controlar su
conducta. Pero las promesas de una mayor transparencia financiera claramente no
se materializaron.
En 2012 se desató una batalla en la directiva, y Ettore Gotti
Tedeschi, entonces un economista italiano al frente del banco, salió airado de
una reunión presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, el secretario de Estado
de Vaticano, y luego renunció.
Gotti Tedeschi es el autor del libro sobre economía titulado
"Dinero y paraíso: la economía global y el mundo católico".
Su puesto permaneció vacío durante nueve meses y entonces, poco
antes de la retirada del papa Benedicto el pasado mes de febrero, el pontífice
nombró director del IOR al banquero alemán, Ernst Von Freyberg.
Lavado de dinero
Scarano, quien estaba a cargo de las posesiones inmobiliarias de la
Iglesia Católica, está siendo investigado.
Una nueva serie de escándalos han estallado recientemente en el
seno del IOR.
Paolo Cirpiani, director del banco, y su adjunto Marco Tullio,
renunciaron después de que la policía italiana arrestara a un monseñor del
Vaticano que solía trabajar como gestor de cuentas en jefe en la Administración
del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), que gestiona las posesiones
inmobiliarias del Vaticano.
El monseñor nunzio Scarano, a quien la prensa italiana ha bautizado
como "Monseñor 500" (porque supuestamente poseía una enorme cantidad
de billetes de 500 euros), fue interrogado en la cárcel por denuncias de lavado
de dinero, corrupción y fraude.
El papa Francisco se ha mostrado escandalizado y enfadado por lo
que sucedido tras bambalinas en el IOR y planea una limpieza de la curia
romana, el gobierno central de la Iglesia Católica, con una sacudida completa
del IOR.
El equipo de seguridad de Vaticano ha recibido instrucciones para
frenar cualquier intento de inmiscuirse con los documentos del IOR mientras que
una comisión internacional de investigación con grandes poderes prepara un
reporte secreto sobre las actuales irregularidades financieras, al que
únicamente accederá el papa Francisco.
El Banco Vaticano es una marca dañada en un momento en el que el
pontífice quiere dirigir la atención de los fieles hacia la difícil situación
de los pobres en el mundo en desarrollo.
Se especula que una de las opciones de Francisco podría ser
disolver el IOR y entregar las operaciones del sistema financiero del Vaticano
a un banco comercial de confianza.
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